En el fijado industrial, la velocidad a menudo se considera una forma sencilla de aumentar la productividad. La suposición de que duplicar la velocidad duplicará la producción es engañosa, ya que no tiene en cuenta las complejidades del control de torque, las características de las uniones y las propiedades de los materiales. Si bien las velocidades más altas pueden reducir los tiempos de ciclo, también presentan riesgos como el desgarre de roscas, el cruce de roscas y la aplicación inconsistente del torque. Una gestión adecuada de la velocidad es esencial para encontrar el equilibrio adecuado entre eficiencia y precisión, asegurando ensamblajes de alta calidad y evitando retrabajos y defectos costosos.
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